En un lugar cargado de la naturaleza del pacífico costarricense, se encuentra el Instituto Imiloa, un lugar de paz que busca por medio de la comida saludable basada en plantas, el mar y el yoga, ofrecer a los visitantes una experiencia única.
De la mano del chef ejecutivo Pedro Pradhu (Pedro devoto, el que comparte), turistas de todo el mundo buscan en la naturaleza y la meditación un cambio que, él mismo experimentó hace ocho años cuando superó una enfermedad que casi le cuesta la vida, pero con la ayuda de un estilo de vida saludable y en armonía lo que lo mantiene enfocado.
El cocinero cuenta con estudios en el Instituto Nacional de Aprendizaje de Costa Rica (INA), a lo que se suma sus experiencias con chefs en los campos de la cocina cruda, vegana, sin gluten y ayurveda, con las que desarrolla comidas nutritivas que se crean con la intención de sanar e ir más allá de satisfacer el hambre; sus creaciones nutren el cuerpo y alma, envolviendo a quienes visitan el lugar con la esencia del gusto y la cultura.
Pedro es un líder reconocido internacionalmente que utiliza la página de Facebook La Botánica, como un espacio de educación donde imparte con talleres inspiradores en cocina vegana cruda, organizando eventos comunitarios y cocina para los estudiantes.
“Somos un campus orgulloso basado en plantas, eso significa que servimos comidas veganas gourmet, sostenibles, saludables y de origen local que están tan artísticamente decoradas, científicamente nutritivas y deliciosamente elaboradas para disfrute de todos nuestros huéspedes del retiro. Creemos en la posibilidad de lo que la comida viva puede hacer por su intestino y, en última instancia, en la transformación de la mente, el cuerpo y el alma”, explicó Pradhu.
La comida en Imiloa se ha convertido en un catalizador para estados superiores de conciencia, curiosidad, creatividad e integridad en cada experiencia de retiro, “elegimos hacer que Imiloa esté completamente basada en plantas porque creemos en su poder para cambiar el mundo y a todos en él”, agregó.
De esta forma el chef usa loroco, chaya, hojas de zorrillo, yuca, hongos silvestres, flores y otras plantas dependiendo de la estación, para él la comida vegana, es comida de alta vibración, es alkaline y ayuda a que los cuerpos funcionen de manera óptima, suficientes sales minerales en la dieta aportados con limones, agua de coco y plantas como la iboga que requiere un tratamiento especial para extraer sus propiedades sin riesgo y otras más populares como las espinacas. Esto proporciona formas biodisponibles de potasio y cloruro que significa todo cuando se trata de mantener nuestro sistema fuerte para que podamos luchar.
Pedro habla de crear “magia” en la comida que él y el equipo preparan, “a menudo se escuchan sonidos del comedor en la primera noche de huéspedes, exhalación, sorpresa, deleite y alegría. Puede sonar exagerado, pero la posibilidad que Pedro crea, sin el sacrificio de sabor, textura, nutrientes o variedad, es uno de los aspectos más importantes del instituto.
Esta experiencia se vive en recetas como los tamales de Chaya, un alimento primordial en la alimentación maya. La chaya es una buena fuente de proteínas,vitaminas, calcio, y de hierro. Sin embargo, las hojas crudas de la chaya son tóxicas, pues contienen un glucósido que puede liberar al tóxico cianuro. Por esta razón, se debe cocinar antes de consumirla, con lo que se desactivan sus componentes tóxicos.
Otro platillo popular son los rollos de hojas de repollo tierno, con humus de remolacha germinados servido con hinojo al horno y baba ganoush, otro favorito es el gazpacho de remolacha y manzana, así como la fritata de broccoli y garbanzo, queso de marañón fermentado, tomates cherry caramelizados a la pimienta, espárragos y germinados.
Inclusive los postres tienen su lugar especial con el tiramisú de crema de coco, galleta de almendra y licor orgánico de café, tuile de caramelo.